El Morro de Moravia, ubicado en Medellín, Colombia, ha experimentado una serie de transformaciones y desafíos a lo largo de los años. Originalmente un vertedero de basura entre 1977 y 1984, el área fue objeto de un esfuerzo de reubicación en 2013, cuando más de 1.700 familias que vivían sobre aproximadamente 1.500.000 toneladas de residuos sólidos fueron trasladadas, convirtiendo el espacio en un jardín público. Este cambio fue celebrado como un símbolo de transformación y recibió elogios de urbanistas y arquitectos a nivel internacional.

Sin embargo, en el último año, y especialmente durante la pandemia, el Morro de Moravia ha enfrentado una crisis de invasiones ilegales. Las construcciones ilegales han proliferado, con nuevas viviendas de materiales como madera, plástico y, más recientemente, adobe y cemento, que contrastan con el verde del jardín. A pesar de que la construcción en esta área es ilegal, no ha habido acciones efectivas para detener el desarrollo no autorizado, y las autoridades locales parecen no tener control sobre la situación.

La nueva ola de poblamiento se atribuye a la llegada de familias recién llegadas a la ciudad, empujadas por crisis económicas y sociales. Se sugiere que la venta de parcelas en el morro podría estar siendo orquestada por grupos ilegales. Las autoridades locales, incluyendo la oficina de Gestión y Control Territorial y la Secretaría de Seguridad, han afirmado realizar controles periódicos, pero sin resultados visibles.

Un intento de desalojo en noviembre del año pasado fue resistido por la comunidad y posteriormente suspendido por una orden judicial, que también mandó a la Alcaldía de Medellín a realizar un censo de los residentes y a incluir a los desalojados en programas de vivienda. Sin embargo, la implementación de soluciones de vivienda, como el proyecto Mirador de Moravia, ha mostrado poco progreso.

Líderes comunitarios y residentes de largo plazo argumentan que la situación actual era previsible, citando la falta de acompañamiento estatal adecuado y la decepción con la administración actual. Además, la pandemia y el aumento de la pobreza y el desempleo han exacerbado la situación, empujando a más personas a construir en el morro.

El Morro de Moravia enfrenta un complejo desafío de invasiones ilegales, falta de control y ejecución de políticas por parte de las autoridades, y una creciente crisis de vivienda exacerbada por factores económicos y sociales. La falta de soluciones efectivas y la continua expansión de construcciones ilegales amenazan con transformar permanentemente el área de un espacio verde recuperado a un asentamiento no planificado.

 


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